El pasado jueves 6 de octubre la Cámara de Representantes de Misiones aprobó la sanción del Día del Programador Misionero. El cuestionamiento se evidencia en días como este con la pregunta: ¿Qué es de las mujeres que trabajan en tecnología? ¿Cuál es el lugar que ocupan ante la vista general?
La escaza representación de las mujeres en el ámbito tecnológico es preocupante. ¿A qué se debe? Apenas hay 13,6 mujeres por cada 100 programadores en activo. Ni la genética ni la falta de interés de las chicas explican estos números.
En 1970 tres de cada cuatro estudiantes eran mujeres, mientras que hoy ellas constituyen apenas el 11% del alumnado, según datos de la UBA. ¿A que se debe esta alarmante cifra? Podríamos decir que a simple vista se debe a una falta de interés en la tecnología pero tal vez viendo un poco más allá la falta de representatividad se encuentre involucrada.
En conversación con Rocío A. (Programadore formade en Misiones) nos contó que muchas veces las capacitaciones se encuentran dirigidas a un público masculino y tal como la ley del programador lo indica no incluye a un público femenino o genero fluido por lo que termina siendo un ambiente no muy amable con personas que no se identifican con el género masculino.
La llamada cuarta revolución industrial se encuentra en auge, y con ella una creciente demanda en el mercado de carreras tecnológicas. ¿Acaso las mujeres son consideradas menos capaces cognitivamente para trabajar en tecnología? ¿O es simplemente otro tabú eclipsado por el público masculino?
Si bien la iniciativa representa innovación en la Región, sería bueno ponderar la inclusión de otros géneros a la hora de legislar. De todas maneras, días como el de ayer nos hacen llegar a este tipo de reflexiones.