¿Las ideas que ganaron las paso?

Nadia Gibaja

Lo que depositamos en las urnas cuando emitimos el sufragio no es – o no debería ser – nuestro apoyo personal hacia la persona votada… Lo que votamos son propuestas, propuestas que parten de ideas, de posicionamientos, de la o el candidato.

En las PASO ganó Milei, por poquitos puntos, pero ganó, y a esta altura me queda claro que los resultados de Octubre son todavía una incógnita…

Ahora bien… Milei en sus declaraciones públicas habla mucho sobre economía, y vende que va a “arreglar el país” (todos prometen eso igual).

Pero también declara públicamente muchas otras cosas, por ejemplo:

  • Relativiza la gravedad de la venta de niños.
  • Cuestiona por qué una persona no puede “disponer de su cuerpo” y vender sus órganos si así lo desea.
  • Cree que la educación no debería ser obligatoria, desconociendo las razones por las cuales actualmente lo es.
  • Considera que la atención de la salud es un “gasto”, aplicando la lógica de la ganancia a la vida misma.
  • Pone en cuestionamiento los derechos laborales que hoy garantizan cierta estabilidad en los empleos, poniendo un límite al arbitrio del empleador para que el laburo con el que miles de personas llevan el sostén a su hogar no dependan del humor de una persona.
  • Y básicamente se pronuncia reiteradamente en contra de la existencia del estado.
  • Entre otros chiches.

Esto es lo que se conocer como anarco-capitalismo, Milei plantea un escenario de un estado prácticamente inexistente, que no interviene en la vida de los ciudadanos, decantando en la sociedad la “libertad” de decidir en qué quiere colaborar y en qué no, como quiere hacerlo, la responsabilidad de organizarse para hacerlo, y a bancarse si en algún momento alguien necesita de la sociedad pero nadie lo asiste.

En la facultad de derecho estudiamos lo que se conoce como el pacto social, el por qué somos una nación, un estado, por qué nos organizamos socialmente como lo hacemos, por qué vivimos en una república, cómo funciona… Todo lo cual se resume básicamente en que nos amuchamos para respaldarnos y apalancarnos unos a otros, y elegimos hacer ciertas “renuncias” en pos del bienestar general, porque entendemos que el futuro siempre es incierto, y por medio de este pacto podemos garantizar que si hoy necesito algo que por mi misma no puedo alcanzar hay una sociedad que me sostiene y, recíprocamente, yo sostengo cuando alguien necesita.

Milei defenestra la idea de “justicia social”, que básicamente es la sociedad reparando las situaciones de inequidad entre personas que la componen, por esto que explico más arriba.

Cuando vas a la urna, no votas solo un modelo económico, votas un montón de cosas más, y si bien las ideas del candidato Milei – sobre todas aquellas relacionadas con salud, educación, y otros derechos – en muchos casos son inaplicables, o de muy difícil aplicación, ponerlo a dirigir el poder ejecutivo nacional es jugar a la ruleta rusa con derechos que fueron fruto de luchas sociales más que atendibles, derechos de los que hoy gozamos gracias a quienes lograron sus conquistas, y que hoy los tenemos tan naturalizados que los damos por seguro, PERO TODO PELIGRA si permitimos que alguien como Javier Milei (y compañía) se siente en el Sillón de Rivadavia.

YO TAMBIÉN ESTOY HARTA Y REMILRECONTRARE PODRIDA de muchos vicios que hemos adquirido como sociedad en torno al poder, pero no por eso voy a olvidar o desconocer lo que está en juego.

Por favor, en Octubre, no votemos desde el hartazgo, no votemos mirándonos el ombligo creyendo que “no nos va a tocar”. Vota desde el corazón, comprometido con nuestra historia y con las personas que componen la sociedad de la que vos también sos parte.